jueves, 13 de octubre de 2016

Aves y saurios 10: Las aves son dinosaurios

Ha sido un camino largo y difícil desde que se descubriera Archaeopteryx allá por 1961 y, desde ese mismo momento, los ataques y acusaciones han estado a la orden del día. Pero la ciencia nunca se detiene y los investigadores han ido sumando minuciosamente cada descubrimiento: el eslabón perdido entre aves y saurios, las plumas fosilizadas, los dinosaurios con alas… Este último, supuso uno de los hitos más grandes pues suponía poner fin a la última resistencia que dejaba a las aves separadas. Pues si tenían alas y podían volar, no había razón para admitir lo que empezaba a ser obvio: que las aves son dinosaurios.

Y que conste que no digo que desciendan de los dinosaurios, si no que lo son. Esto significa que un colibrí presenta menos diferencias con un diplodocus que un lagarto con un cocodrilo (diferencias de las que importan en una clasificación, me refiero, no a minucias como el tamaño) y que hubo un grupo de dinosaurios que sobrevivió a la extinción en masa que acabó con su reinado.

Pero más allá de que dónde se clasifiquen las aves, la verdadera importancia de esto es que una vez más se ha demostrado que no hay sitio para dogmas en la ciencia, pues esta se basa en la acumulación de descubrimientos. Y si las aves han acabado siendo dinosaurios, a partir de ahora podemos esperarnos cualquier cosa. Nada es sagrado y todo es revisable.

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